Comunicación en pareja











Saber expresar necesidades o deseos a tu pareja no siempre es fácil. ¿Cuántas veces has querido contar algo y finalmente no lo has hecho? ¿Cuántas veces has dicho lo contrario de lo que querías decir? ¿Cuántas veces has mencionado algo en un tono que no considerabas apropiado?

Son muchas las situaciones en las que la pareja debe afrontar el diálogo. Los miembros deben participar en un intercambio de ideas y significados. Lo que importa no es quien habla más fuerte, sino como uno es capaz de tomar nota de lo que aporta el otro. No es necesario proporcionar soluciones inmediatas, se puede dar un espacio de reflexión para que se deliberen los mensajes recibidos y favorecer a buenas estrategias de funcionamiento.

No todas las situaciones son adecuadas para empezar una conversación importante. Es primordial hablar en un momento dónde los dos miembros se sientan receptivos y no se encuentren emocionalmente alterados y preocupados por otra problemática en particular. Encontrar un espacio relajado dónde ambos tengan la oportunidad de sentarse a charlar y no alzar el tono de voz ni hablar a distancia puede ayudar a conciliar una actitud de colaboración mutua.

Tener claro que es lo que se quiere comunicar ayudará a mantener una conversación más coherente y lógica. El miembro de la pareja que quiere aportar algo, debe ser capaz de establecer un vinculo emocional con lo que quiere delatar para que el otro miembro pueda conectar mejor con lo transmitido.

El mensaje que queremos dar debe ser claro y nunca con connotaciones negativas. Por ejemplo, si lo que queremos es que nuestra pareja venga al teatro los viernes con nosotros, lo que no podemos hacer es decirle que "ya estoy harto de tí, todos los viernes hacemos lo mismo", porque se estará dando un mensaje inverso a lo que queremos transmitir. Es necesario ser minucioso, decir claramente lo que uno quiere sin que eso signifique descalificar al otro. El miembro de la pareja que escucha el mensaje puede interpretar que "el es un aburrido" o que "los viernes para mi pareja son aburridos". En esta situación, estamos dando una traducción del mensaje que no es el que queremos plasmar. ¿No sería mejor decir "Los viernes por la noche quiero ir al teatro ya que me gustaría compartir mi actividad favorita contigo porque te amo"?

Podemos añadir a nuestro deseo un estado emocional, por ejemplo "me haría muy feliz", para que el otro pueda empatizar con nosotros y entender que realizar esta actividad concreta es una fuente de felicidad magna para nosotros.

Un mensaje correctamente construido y una buena capacidad para estar abiertos a dar y a recibir siempre será un buen indicador para la salud de la pareja. Hablar en presente y no aludir a experiencias frustradas del pasado para expresar deseos actuales también puede ser favorecedor. Como dice la sabiduría popular, agua pasada no mueve a molinos. Las necesidades se construyen del presente y los reproches son siempre mala hierba para el corazón.

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