¿Vivimos apegados?

Estamos programados para amar y ser amados. Estamos programados para el contacto humano, para apegarnos a quien nos cuida y es accesible día a día. Ya desde muy pequeños, nos apegamos. Buscamos de forma continuada a la persona que será capaz de regular nuestras pequeñas emociones, una figura sensible y atenta a nuestros primeros lloros y a nuestras primeras sonrisas. Normalmente, esta primera figura suele ser mamá i/o papá. Aunque nos podemos apegar a otras personas que nos cuiden como verdaderos papás o mamás. Desde que somos bebes, buscamos la proximidad humana. Queremos que alguien nos calme, queremos que alguien nos protege. Al principio, es una forma de supervivencia. Pero poco a poco, se convierte en algo más importante: el apego adulto, del que hablaremos en otros posts. 

Incluso el apego se da entre los primates. Éstos buscan contacto piel con piel y activan conductas de protección y cura. En sistemas menos desarrollados como en las aves, éstas saben quien es su figura de apego mediante el sonido y el movimiento. 

Hoy os dejo unos interesantes videos acera la conducta humana de protección y cura: el apego.

1. Konrad Lorenz y las ocas: cómo unas ocas huérfanas delante de las conductas de cura y protección siguieron a  Konrad como si éste fuera su madre oca. 

2. El experimento de Harlow: Se demostró que la necessidad de contacto y protección es instintiva en todas las especies y que esta sensación era lo más importante para las crías.

Para finalizar un emotivo vídeo viral que circula desde hace unos días en la red, muy significativo en relación al apego. Un reencuentro entre cuidadores de gorilas y los mismos después de 12 años sin verse. Las imágenes hablan por si solas...